El sobado sobre la maquina distaba demasiado de la versatilidad sobre sus manos. Asi como igual que Con El Fin De Rosalia las usuarios todo el tiempo han tenido la razon, la parentela volvio an amasar desplazandolo hacia el pelo a picotear la cebolla falto sentir. No sueltan lagrimas, por consiguiente sus ojos se han acostumbrado al secrecion del bulbo.
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Hoy, en el refrigerador Frigidaire sobre las anos setenta sobre Rosalia, suena la radio sintonizada en la emisora de canciones antiguas. Entretanto amasan, las mujeres tararean con cara de enamoradas: “que se nos rompio el apego de tanto usarlo” y no ha transpirado “nunca te salgas sobre mis brazos, sigue echada de este modo en la hierba”. La programacion AM continua con avisos de fiestas tangueras, vinos donde “lo preferible va por adentro” asi como chaquetones Loden.
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–Es que arrugado nunca triunfa– explica la origen alisando el sombrero blanco sobre cocinera de una de estas hijas.
En el atrio de la simple casa de ladrillos a la vista, el trio se zampa el fruto de su empleo como si exteriormente Durante la reciente oportunidad que comen empanadas. Antes sobre dar un segundo mordisco, una de estas hijas riega con azucar el pino que se asoma, tal igual que hacia la abuela Mercedes anos de vida antes. La pulpa picada en cuadros mayusculos se mixtura a la perfeccion con la cebolla curada en un dilatado desarrollo. La masa se deshace en la boca, blanda desplazandolo hacia el pelo deleitosa inclusive la punta de los cachos, que de ningun modo quedan duros.
–Chiquillas, carencia un vaso de vino– protesta Rosalia, risuena.
–y no ha transpirado unas cuecas bravas– agrega Cristina, la mujer tan entusiasmada con las comercios (se soba las manos cuando le surge un pedido sobre 400 empanadas sobre pino de volumen coctel) que, en las ratos libres, vende articulos Avon por catalogo. Cada fin de semana, a la camino sobre la residencia sobre este matriarcado llegan vecinos galopando en las Pathfinder o Cherokee en busca de empanadas perfectas, dobladas a la chilena, pintadas con brote de huevo y horneadas a fuego lento, excesivamente lento, debido a la calma sobre las yernos de Rosalia. Las encargan por telefono con anticipacion Con El Fin De no quedarse desprovisto ellas.
Solo en Fiestas Patrias venden cerca de mil empanadas. Desplazandolo hacia el pelo casi no duermen Con El Fin De respetar con las endiciochados. El cantante galanteria Motuda, la animadora Tonka Tomicic, el actor Francisco Reyes, el comediante Coco Legrand, la actriz Sandra O’Ryan, el ex ministro Alvaro Garcia y no ha transpirado el ex tenista Patricio Cornejo son determinados sobre las usuarios frecuentes de Rosalia, la femina carinosa criada en el campo chileno a punta de cabritos asados y huevos azules. Nacio en 1936 en la hogar sobre adobe levantada en Maitenes, pueblito ubicado a la orilla del itinerario a Farellones. La crio su madre desplazandolo hacia el pelo su abuelo, un viejito escualido y no ha transpirado bueno igual que el pan. En el patio criaban cabras asi como pollos que utilizaban en el menu usual.
De nina jugaba a realizar cazuelas en tarros de latex condensada que ponia en una pequena fogata hecha con astillas del bosque. La sustancia la sacaba de las pajaritos que su primo Jose cazaba desplazandolo hacia el pelo desplumaba. Rosalia servia la miniatura a la parvada sobre chiquillos del sector.
Asimismo de la cazuelita, dos olores perfumaron la infancia sobre Rosalia: un naranjo en piropo desplazandolo hacia el pelo la bandeja sobre pan amasado que todos los dias hacia su madre Mercedes. De ahi le viene el apego por la masa, el horno desplazandolo hacia el pelo la casa reunida en la mesa.
Hoy vuelve an acontecer cria cuando come pan templado o se le cruza una requiebro de azahar en su actual jardin de camelias rojas, crespones desplazandolo hacia el pelo ligustrinas. Alli fuera reconoce el tasacii?n sobre sus empanadas jugosas, la herencia que recibio sobre su origen y no ha transpirado que traspaso a las hijas que, a su vez, pasaran a las nietos. Por las siglos sobre las siglos.
Rosalia Vega
Pastor Fernandez 15.521, Lo Barnechea, fono 22321 5933.
